Sebastián llevó a Alexandra al tercer piso. Tal vez le preocupaba que los dos niños perturbaran su descanso si la llevaba al segundo piso o tal vez se sentía incómodo por dejarla sola. Así que decidió llevarla al dormitorio del tercer piso. La misma habitación en la que ninguna mujer había dormido en muchos años.
—Señor Heredia, ¿está… está bien la Señorita Gavira? ¿Debemos llamar a un médico?
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread