«Aunque siempre me detesta y habla mal de mí de vez en cuando en Hacienda Oceánica, jamás me ha corrido. Incluso se tomó la libertad de traerse a mi hija». Ale se sintió abrumada con decepción.
—En ese caso, conduce una investigación exhaustiva en su cuenta de fondos. Por cierto, si te preocupa, puedes pedirle a Sabrina que lo cuide.
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