Demetrio no se movió por un largo tiempo. En lugar de eso, tan solo vio su figura alejándose, adormecido. Por lo que se sintió una eternidad, no se movió de su lugar como si todo lo que quedara de él fuera un contenedor vacío. Jamás la había escuchado decir palabras tan crueles antes.
Para empeorar las cosas, tampoco había visto nunca una expresión tan arrepentida y adolorida en su rostro cuando lo miró.
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