Alexandra se quedó anonadada. Incluso a ella le pareció extraño. «¿Qué hace aquí? ¿No debería estar en Puerto Aven trabajando para la Corporación Nube Primordial?». Alexandra notó lo feliz que se puso al hombre al verla, así que pensó que no era correcto hacer un comentario. Se limitó a sonreír y responder:
—Sí, acabo de regresar. ¿Qué hay de ti? ¿Qué te trajo aquí?
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