—¿Madre? ¿Así que ella es su madre? ¿Y la mujer que estaba de pie en la colina con él? ¿No era la madre? —preguntó uno de los padres.
—¡Claro que no! ¿No te das cuenta? —dijo otro de los padres—. Mira, el marido le dijo que se encargue de las semillas porque no quiere que se ensucie las manos. En vez de eso, lo hace todo por su cuenta.
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