De repente, cuando sus miradas se cruzaron, pareció que el tiempo se detuvo. No fue sino hasta que unos cuantos estudiantes pasaron junto a ellos que Viviana recuperó el sentido. Cuando la chica vio por fin a la persona que estuvo esperando toda la tarde, los abrumadores sentimientos que había enterrado en su corazón salieron. De pronto, se puso en cuclillas y se puso a llorar.
Al ver las lágrimas de Viviana, Selene no supo cómo consolarla. Gael se quedó helado al verla llorar tanto. Los músculos de su pálido rostro se tensaron.
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