—En cuanto a mi madre... —Sebastián hizo una pausa y se quedó mirando al frente a mitad de su discurso.
Wendy se giró y vio que Fátima, a la que había ayudado a acostarse en su cama, había bajado las escaleras y estaba escondida detrás mirando al dúo que conversaban como si tuviera miedo de acercarse a ellos, solo de vez en cuando inclinaba la cabeza para observarlos. Wendy pensó que no debería haberla dejado desatendida, al instante se disculpó.
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