Esa noche, Alexandra le contó a Sebastián su conversación con Sabrina. Su instinto le dijo que Sabrina actuaba de forma extraña y le sugirió que la llevara al hospital para una revisión médica. Más en concreto, Alexandra insistió en que Sabrina debía hacerse un examen cerebral. Por fortuna, la oscuridad ocultó el rostro de Sebastián porque se quedó sin palabras.
—Solo está de mal humor. ¿Por qué no la llevas a dar un paseo? Estoy seguro de que se sentirá mejor después de tomar un poco de aire fresco —respondió al final.
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