Alexandra volvió a casa con mucho ánimo. Debido a lo tarde que era, sus dos hijos ya estaban dormidos cuando ella llegó. Entró en el cuarto de los niños para darles un beso a los dos y luego se fue a duchar. Fue una noche tranquila. A la mañana siguiente, Alexandra se despertó por una conmoción fuera de su habitación.
—¿Qué pasa con mami?
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