La sala del banquete se quedó en silencio. Todas las miradas estaban puestas en estas dos personas, incluidos los tres niños que disfrutaban de los pasteles.
—¡Mira qué encantadora es nuestra mamá! —Mateo sonrió y le dio a su madre un pulgar hacia arriba después de ver esta escena, sus ojos brillaban como estrellas. Vivian también sonreía orgullosa, ya que era una fan incondicional de su madre. Sin embargo, Juan se alteró más.
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