Jorge se marchó enfadado, pero la ira de Raquel no se había calmado. De hecho, incluso descargó su frustración contra Vicente.
—No deberías haberme detenido hace un momento. Si lo hubiera regañado y me hubiera enfrentado a él físicamente, habría desistido por completo de su idea. Si no, seguiría conspirando contra mí a cada momento. —Raquel hervía de rabia, apretando los dientes con frustración.
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