Su cabello caía con naturalidad, y el maquillaje en su rostro no era demasiado ostentoso. Siempre llevaba un maquillaje sutil pero nunca parecía insignificante. No importaba cómo Gabriel Weller la mirara, su belleza era única. Gonzalo percibió la mirada de Gabriel mientras él la observaba.
—Belén, lleva a Eli abajo y espérame. Norton, tengo algo que discutir contigo.
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