Elisa sintió que la situación era extraña y miró en la misma dirección que Raquel. No se esperaba que el hombre se sentara a su lado en cuanto se volteara y a la mujer se le ensombreció el rostro.
Vicente no se inmutó al ver a Gabriel; cruzó las piernas y se apoyó en el respaldo de la silla. Su brazo derecho seguía apoyado en la silla de Raquel y tenía el mismo aspecto que un jefe.
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