Capítulo 1934 Sus heridas
A la mañana siguiente, cuando Elisa despertó, se encontró en su propia cama en casa, desorientada, cuando recuperó la memoria, recordó que Gabriel la había traído de vuelta la noche anterior.
Reflexionando sobre los eventos de ayer, Elisa se frotó la cabeza, se detuvo un momento y no se apresuró a levantarse, en su lugar, optó por mirar por la ventana, la luz del sol entraba a raudales, haciéndola entrecerrar los ojos contra su brillo.
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