Mientras escuchaba las palabras del Señor Carrera, Elisa también se fijó en las personas que tenía enfrente. La amenaza era evidente en sus miradas. Estaba claro que, si el Señor Carrera se negaba a dejar marchar a Elisa, esas personas actuarían de acuerdo con las órdenes que habían recibido del superior «que no era otro que Gonzalo» y tomarían medidas contra él.
Eso significaba que ella presenciaría cómo disparaban al Señor Carrera en plena cabeza. Una vez muerto el Señor Carrera, su hermana, al no recibir tratamiento, también moriría. También estaban aquellos bajo el mando del Señor Carrera. Ya no se trataba sólo de dos vidas. Sin embargo, al Señor Carrera sólo le preocupaban él y su hermana.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread