Linda era lista; a veces, podía decir lo que no estaba bien con una mirada. Lo que más temía Rosa era lo inteligente que era su hija, por eso, solo pudo mantener una expresión neutra y tranquila.
—Solo estamos limpiando. No me gusta la distribución, así que quiero reordenar los espacios. Hay que airear la casa después de la reforma, la cual llevará unos meses como mínimo. Quedémonos aquí por el momento.
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