Linda sintió que se le sonrojaba la cara de vergüenza. No había previsto que Guillermo le hablara de una manera tan irrespetuosa. Todavía había gente alrededor, y era humillante. Guillermo la despreció por completo, viéndola como nada más que una herramienta para ser utilizada.
—Me disculpo. Sólo intentaba ayudarte… —Su voz, alterada por el cambiador de voz, sonaba demasiado suave y mecánica, evocando excesiva lástima.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread