—Señor Weller, dado que nos encontramos, tengo algo que decirle. Sabe muy bien lo que el gran señor Weller hizo y lo que sucedió entre nosotros. No le reprocharé estos asuntos porque no me interesa. No obstante, si alguien se excede, no dudaré en tomar represalias. —Su tono era distante e inexpresivo. No había ni un dejo de amabilidad de antes.
Linda miró con nerviosismo a Gabriel y vio el fuerte desdén en su mirada.
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