Guillermo la había mantenido a distancia desde el momento en que Elisa le había dicho quién era realmente Melina. Sobre todo, teniendo en cuenta la mala sangre entre Elisa y Linda. Estaba del lado de Elisa. No había forma de que fingiera que le gustaba. Guillermo la interrumpió antes de que Linda pudiera terminar lo que tenía que decir.
Linda se quedó sin palabras. Ya no podía tratar de endulzar a Guillermo. Sin embargo, su identidad como «Linda» era inútil debido a todo lo que sucedía entre su padre y Elisa. Linda no tuvo más remedio que aferrarse al proyecto de los Suburbios Occidentales y a Guillermo. Linda se recompuso y volvió a intentarlo:
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