Sin decir una palabra más, Elisa se dirigió directamente al auto de Guillermo, que aceleró el paso para seguirla. Las mujeres de alrededor no pudieron evitar quedarse mirando la tierna sonrisa del hombre.
—Solía pensar que el señor Domínguez solo se veía atractivo en la televisión debido a las luces brillantes y los filtros, ¡pero no es así! Está tan hermoso que no puedo soportarlo.
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