A Gabriel se le iluminó la mirada; había otros sentimientos en ella. Linda creyó que lo había influenciado con éxito, así que suspiró aliviada y continuó explicando:
—Debes creerme, Gabi. ¿Desde cuándo dudas de mí así? ¿Alguien te habló mal de mí? —suplicó con voz quebrada y una imagen triste.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread