Al darse cuenta de que lo había malinterpretado, suavizó el tono y le dijo:
—No sé cuánto tiempo más tardará, pero tu decisión de venir a buscarme fue en realidad un error. Y, por favor, no des por sentado que Guillermo no me importa. Dada la deuda que tengo con Guillermo y la situación actual de su madre, me es imposible ignorarlos. Tampoco he desatendido nunca a la abuela. —Elisa dejó claras sus intenciones.
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