Sin embargo, dado que ella sabía que Gabriel no se iba a comprometer con Linda, sintió que todo estaba bien e intacto. Tras haber vivido las peores consecuencias, en cierto modo sentía gratitud por cómo resultó todo. Había ocho personas sentadas junto a la mesa del comedor. Linda y Gabriel solían sentarse juntos porque Daniel y los demás así lo organizaban, pero ese día estaban muy distraídos; en simples palabras, no eran conscientes de lo que sucedía a su alrededor.
Ella estaba inquieta y aterrorizada porque Gabriel tenía un comportamiento antipático todo el tiempo y ni siquiera la miraba. No obstante, no sabía qué hacer y se sentía impotente; estaba cada vez más inquieta. Norberto tomó un poco de aire y sonrió mientras miraba a Daniel.
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