Lo único que Bella pudo decir fue:
—Gabriel no se siente bien y quiere que lo revises, pero tenía miedo de perturbar tu trabajo. Él sabe que no te gusta que la gente interfiera con tus decisiones y asuntos de la empresa, así que ¿cómo podría meter la nariz en eso? Todo es obra mía. Si quieres culpar a alguien, échame la culpa a mí...
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