—¿Señora Weller? —Rosa sonaba un poco cansada—. Es tarde. ¿Ocurre algo?
—Mi nuera... —Mónica respiró hondo y dijo con culpa—: ¡Lo siento! —Rosa hizo una pausa deliberada, como si se tomara tiempo para reponerse. No obstante, antes de que pudiera responder, Mónica continuó—: Acabo de llamar a Linda, pero no me respondió. Cuando por fin me atendieron, contestó un hombre. Él dijo que un grupo de vándalos había hostigado a Linda. Él la salvó y ahora están de camino al Hospital Tres Colinas. Yo... yo...
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