Todas las preguntas anteriores no eran lo que Karina quería preguntar. Lo que realmente quería saber era la última pregunta, y Elisa lo comprendió en el fondo de su corazón. Después de obtener las respuestas a las preguntas anteriores, Karina asintió con la cabeza, pareciendo iluminada. Tomó la mano de Elisa y la estrechó cariñosamente. Si uno no lo supiera, podría incluso confundirlas con hermanas biológicas.
—Realmente sabes mucho, Elisa, y además eres tan reflexiva, capaz de recordar todos estos detalles. No me extraña que la señora Simonetti siempre me diga que aprenda más de ti.
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