Elisa asintió con la cabeza. Las intenciones de Julia eran nobles. No quería que Isabella destacara demasiado en la empresa. Después de todo, su estatus ya era evidente para todos. Ya fuera Isabella u otra chica, nadie debía viajar solo por negocios.
Elisa estuvo de acuerdo y charló un rato más con Julia antes de colgar el teléfono. En cuanto colgó el teléfono, Elisa volvió inmediatamente a su habitación sin perder un momento. Apestaba muchísimo después de no haberse cambiado de ropa en toda la noche. Lo más urgente era darse un baño, cambiarse de ropa y marcharse inmediatamente. Ni siquiera tuvo tiempo de saludar a Gabriel.
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