También había dos chicas jóvenes y un hombre corpulento en el bote, Elisa lo conocía como el mejor nadador y el marinero más hábil del pueblo, supuso que todo esto había sido arreglado por Gabriel.
Si el jefe de la aldea en verdad deseaba vigilarla, podría solo haber asignado a cualquiera para que la acompañara, no había necesidad de enviar a la persona con las mejores habilidades de natación, que también era un navegante experto, esas dos niñas eran sus hijas.
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