Fingió no haber visto la mirada de Gabriel y se volteó enseguida.
Por otro lado, Elisa podría haber conseguido que otra persona le cambiara la venda si no llegaban a su casa. Como ya estaban allí, no se molestó en ponerse en contacto con otra persona, así que no tuvieron que reunirse con nadie más. Después de esperar un rato, llegó la doctora. Para sorpresa de Elisa, era la mismo del día anterior. «Entonces, Gabriel la llamó». Ella lo miró de inmediato.
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