Pero al segundo siguiente se dio vuelta, mientras que Julia miraba por la ventana y no se daba cuenta del extraño comportamiento de Elisa. Sin embargo, Gabriel sí lo hizo y estaba confundido, lo cual no sabía si era por su descontento con Elisa o su preocupación por Julia. Elisa se recompuso con rapidez para poder comportarse con normalidad cuando la abuela se dirigió a ella y hablaron de camino al hospital. Elisa tenía sentimientos encontrados y se le aceleró el corazón cuando Julia entró al consultorio. Gabriel también la acompañó durante el chequeo.
—¿Por qué no vino Daniel todavía? —preguntó la abuela.
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