Elisa yacía en el suelo mientras se mordía el labio, sin resistirse más, parecía como si se hubiera resignado a su destino, se sentía tan agotada de fuerzas para resistir, esta fue la primera razón, la segunda razón era que había visto el anillo de jade en el pulgar de Heidi.
Tan pronto como Elisa llegó allí, notó que Heidi estaba jugueteando constante con su propio anillo de jade de una manera sutil. Elisa no podría estar más familiarizada con el anillo, ya que era el mismo que recibió de la Señora Keila antes de abandonar el pequeño pueblo de pescadores.
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