Norberto respiró hondo y reprimió sus emociones. Un momento después sonó su teléfono, pero tras mirar la pantalla, frunció el ceño. Al observar alrededor de manera inconsciente, recordó que se encontraba solo, aun así, vaciló antes de atender.
—¿Qué estás haciendo? —La voz seductora de una mujer sonó un tanto enojada al otro lado de la línea.
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