Por la forma en que Gabriel hablaba con Elisa y hacía todo por ella, la gente pensaba que era cariñoso y agradable. Les hizo pensar que era un hombre de voz suave; sin embargo, por su tono en ese momento, podían sentir una indiferencia penetrante y una intención asesina. El aura que transmitía era tan fuerte como siempre.
—Si quieres, haré que todos los días sean tan románticos como hoy. —Gabriel la miró con ternura, como si fueran un matrimonio.
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