Capítulo 208 Todo se echó a perder

Ella sabía que Elisa ocultaba su identidad, así que no gritó su nombre. No obstante, su exclamación llamó la atención de los transeúntes, quienes siguieron su mirada y notaron una figura esbelta. Con un aspecto distante, la mujer no se molestó por las miradas, así que caminó hacia Raquel y los demás. Eduardo miró a Elisa inconscientemente y, al ver que otra mujer se acercaba a ellos, miró a Carlos de manera instintiva. Aunque no estaba en contra de que su hijo entablara una amistad con las muchachas, lo confundía porque solo estaba rodeado de amigas. «¿Acaso no tiene amigos? Esto es ridículo». Al pensar en ello, su expresión se tornó sombría. Sin embargo, era un empresario con experiencia que había estado en la industria por varias décadas, así que ocultaba muy bien sus emociones. Pronto, Elisa se paró en frente del grupo y esbozó una sonrisa.