De repente, se detuvo y se mostró desconcertada. Empezó a hablar, pero se detuvo, parecía un poco asustada. Todas sus emociones se reflejaban en su mirada y estaba confundida. Era evidente que las otras secretarias sentían curiosidad por su expresión.
—¿Qué te sucede? ¿Por qué no dices nada?
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