Guillermo le contó a Elisa la situación de su madre con sinceridad. Al enterarse de que se trataba de una hemorragia cerebral, Elisa lo consoló diciéndole:
—No te preocupes demasiado. Una hemorragia cerebral sólo requiere la extracción del coágulo en el cráneo. Si hay parálisis, podemos utilizar una técnica de estimulación de puntos gatillo. Si hay pérdida del habla, también tengo un método para manejar eso…
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