Si bien había resentimientos entre ellos, todos sabían cómo habían comenzado. Como sabían que Vicente no le haría daño a Raquel, Elisa caminó hacia adelante con Carla.
—Ey, ¿me puedes decir más tarde? Voy a comer con Elisa. ¿Acaso no dijiste que tenías hambre? —soltó, nerviosa mientras las otras mujeres se alejaban.
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