Aunque Jeremías y Vicente no eran sus nietos biológicos, ella sentía como si lo fueran. Todos la obedecían; habían jugado juntos de niños y los había visto crecer. A Julia les agradaba mucho, incluida Elisa; la trataba como a su nieta biológica.
—Descansar es importante. Vendremos a verte a menudo. —La joven sonrió.
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