Vicente se quedó estupefacto. «¡Qué demonios! ¿Acaso este estúpido se volvió loco? ¿Cómo puede decir eso? A él ya le gusta Elisa, pero igual sigue siendo obstinado y sigue diciendo esas palabras crueles. ¡¿Cómo puede hacer eso?!».
Elisa parecía haber palidecido; jamás imaginó que Gabriel diría eso. En el siguiente instante, no pudo contener la risa.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread