Las llamas de la furia ardían en el pecho de Gabriel.
«Elisa se siente en deuda con Guillermo porque arriesgó su vida para salvarla. ¿Y qué hay de mí, que recibí dos disparos por ella en el casino de Madeira? ¡Yo también arriesgué mi vida! ¿Es porque casi quedó discapacitado y su madre la culpó, que Elisa se preocupa más por él?».
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