Quizá Elisa aún no se lo creía o no se atrevía a hacerlo, pues empezó a forcejear, intentando acercarse a Raquel. Isabella no podía detenerla, ni se atrevía a usar la fuerza. Estaba tan ansiosa que daba vueltas en círculos. Fue en ese momento cuando Gabriel, cargado con una cesta de fruta, se acercó. Al ver que Elisa intentaba levantarse de la cama, corrió rápidamente hacia ella y la guio de vuelta a la cama del hospital con una mano. Elisa seguía luchando por incorporarse. Mientras tanto, Isabella suspiró aliviada al ver entrar a Gabriel.
Gabriel frunció el ceño y miró fijamente a Elisa. —¿Quieres morir? Probablemente era la primera vez que le hablaba de un modo tan directo.
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