Con Elisa y Raquel en la habitación, Linda se dio cuenta de que no podía dejarlas de repente. Respiró profundo, intentando contener sus emociones. Al mismo tiempo, una conversación entre Raquel y Elisa llamó la atención de una enfermera que pasaba. La enfermera, una mujer de mediana edad con una actitud seria, dirigió su mirada hacia Raquel y Elisa. Sus ojos las escanearon antes de decir:
—¿En qué puedo ayudarles?
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