Gabriel Weller se mantuvo impasible, sus labios se movían sin mostrar ninguna señal de perturbación ante la situación. De repente, un numeroso grupo de individuos vestidos de negro irrumpió en la sala, rodeando a Señor Carrera. En medio del caos, los subordinados de Señor Carrera fueron despojados de sus armas, agravando aún más la gravedad de la situación.
Gabriel sujetó con firmeza la mandíbula de Señor Carrera y forzó un puñado de pequeñas pastillas en su boca. Los ojos de Señor Carrera se abrieron de terror mientras intentaba con desesperación escupir las pastillas. Pero Gabriel sujetó sus mejillas con fuerza, impidiéndole hacerlo.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread