Elisa se higienizó. Al darse cuenta de las ojeras de color azul púrpura que tenía bajo los ojos, las tapó con corrector de ojeras para tener un aspecto presentable. Ese día iba al Templo Luminoso y no sería apropiado que se maquillara tanto. Condujo hasta la residencia Weller, al llegar, entró a la sala y vio a Julia ya vestida sentada en el sofá esperándola.
—Salgamos, abuela —dijo sonriendo al ver que Julia estaba contenta.
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