El movimiento subconsciente de Nicole fue la señal, pero Elisa no tenía prisa por descubrirla. Sonrió de forma cálida.
—Hace bastante viento aquí junto al mar. Si tienes frío, señorita Tablón, puedo hacer que Tomás te traiga uno de los abrigos de Gabriel.
Obtiene más cupones de libro que los de la appRecargar
Ir a la app de Joyread
Sigue leyendo más capítulos y descubre más historias interesantes en Joyread