Capítulo 14 Entre sombras y suspiros

El tiempo avanzaba implacable en la mansión Torner, donde el silencio de los grandes pasillos solo era interrumpido por el eco de pasos apresurados y los ocasionales murmullos del personal. Daniel Torner seguía sumido en su obsesión por encontrar a Amatista, una hija que apenas había conocido pero cuya ausencia sentía como un peso insoportable en su alma. Sin embargo, su otra hija, Jazmín, no compartía su anhelo y estaba decidida a detener la búsqueda, aunque tuviera que recurrir a métodos cuestionables para lograrlo. Las semanas posteriores a su autoinfligida lesión estuvieron marcadas por una elaborada estrategia. Jazmín, siempre meticulosa, había aprendido a manipular las emociones de su entorno con precisión quirúrgica. Los repentinos ataques de llanto se convirtieron en su arma más efectiva: lágrimas que parecían brotar de un pozo insondable de dolor, acompañadas de espasmos que convencían incluso a los corazones más duros. En otros momentos, fingía sobresaltarse con cualquier ruido o presencia inesperada, encogiéndose como si una sombra invisible la acechara. Por las noches, su actuación alcanzaba un nivel magistral. Fingía pesadillas, despertando con gritos ahogados y respiración entrecortada, temblando como si estuviera reviviendo un momento traumático. Miriam, su madre, pasaba largas horas a su lado, intentando calmarla con abrazos y palabras de consuelo. Aunque Daniel mantenía una fachada de escepticismo, no podía evitar que la duda se infiltrara en sus pensamientos. "Si no estuviera seguro de que nadie entró en esta casa, le creería de inmediato", pensaba Daniel, mientras observaba a su hija con una mezcla de frustración y desconcierto. La actuación de Jazmín era tan impecable que incluso logró convencer a un especialista que habían consultado. El médico diagnosticó que Jazmín sufría estrés postraumático debido al supuesto "ataque". Aunque Daniel sabía, en lo profundo de su ser, que esto era otra de las tretas de su hija, no pudo evitar sentirse atrapado. La búsqueda de Amatista se suspendió temporalmente, mientras la familia se centraba en "recuperar" a Jazmín. Mientras tanto, en la mansión del campo, la vida transcurría en un extraño equilibrio para Amatista. La soledad, aunque familiar, comenzaba a pesarle más de lo usual. Rose estaba enferma y no podía atenderla como de costumbre, lo que había dejado a Amatista sumida en una rutina monótona. Pasaba los días entre libros, tareas menores y una espera constante, anhelando el regreso de Enzo, quien llevaba una semana sin visitarla. La ausencia de noticias solo intensificaba su ansiedad. Esa tarde, cuando el sol comenzaba a teñir el cielo de tonos cálidos, el sonido de un automóvil acercándose rompió la calma habitual de la mansión. Desde la ventana de su habitación en el segundo piso, Amatista observó cómo Enzo descendía del auto con esa elegancia inconfundible que siempre lograba deslumbrarla. Sin embargo, algo en su postura le pareció diferente: lucía cansado, más de lo habitual, como si el peso de su jornada estuviera reflejado en cada uno de sus movimientos. Al escuchar sus pasos firmes subiendo por las escaleras, su corazón se aceleró con emoción, pero esa sensación pronto se vio opacada cuando, al abrirse la puerta, un aroma extraño la envolvió. Era un perfume dulce, intenso y claramente femenino. La expresión de Amatista cambió al instante, pasando de la felicidad al desconcierto mientras lo observaba acercarse.. La emoción inicial se transformó en una mezcla de sorpresa y recelo. Antes de poder contenerse, las palabras escaparon de sus labios: —¿Dónde estuviste, amor? ¿Por qué hueles así? Enzo se detuvo en seco, sorprendido, pero rápidamente alzó las manos en un gesto de calma. —Tranquila, gatita —respondió con una sonrisa que pretendía ser despreocupada—. No es nada. Amatista frunció el ceño, cruzándose de brazos. La conocía demasiado bien para pensar que iba a dejarlo pasar tan fácilmente. —¿Nada? Este perfume no es mío, y tú nunca hueles a nada que no sea... bueno, tú. Enzo suspiró, acercándose para acariciar su mejilla con ternura. —Gatita, tú siempre tan observadora. —Hizo una pausa, como si buscara las palabras adecuadas para calmarla sin entrar en detalles—. Fui a resolver unos asuntos, nada que te deba preocupar. Pero Amatista no estaba satisfecha con esa respuesta. Lo miró con los ojos entrecerrados, claramente desconfiada. —¿Asuntos? ¿Qué clase de asuntos te dejan oliendo como si hubieras estado en medio de un desfile de mujeres desesperadas? Eso arrancó una carcajada de Enzo. Negó con la cabeza, tomándola de la cintura para acercarla a él. —Desfile, dices... no estás tan lejos de la realidad, gatita. Tú no sabes lo cansadoras que son algunas mujeres. —Adoptó un tono más ligero, divertido, mientras empezaba a imitar a alguien con una voz aguda y exagerada—: "¡Ay, Enzo, ¡qué guapo eres! ¿Por qué no me invitas un trago? ¡Enzo, qué manos tan fuertes tienes, seguro podrías cargarme como una princesa!" Amatista no pudo evitar reírse ante la imitación, aunque su molestia todavía no desaparecía del todo. —¿Y así hablan? —preguntó, alzando una ceja. Enzo asintió con dramatismo, alzando las manos como si estuviera rodeado por un enjambre de moscas. —Peor, amor. Si las escucharas, entenderías lo insoportable que pueden ser. Siempre riéndose de chistes malos, tocándote el brazo como si estuvieran desesperadas por atención. —Volvió a imitar con una expresión burlona—: "Enzo, me encantaría conocerte mejor. Seguro que no tienes a nadie especial..." Amatista soltó una carcajada más genuina esta vez, aunque todavía mantenía cierta distancia emocional. —Bueno, si son tan insoportables, no entiendo por qué hueles a ellas. Enzo se acercó más, bajando el tono de voz hasta que fue casi un susurro, mirándola directamente a los ojos. —Porque no puedes evitar que las moscas se acerquen a la miel, gatita. Pero te prometo que tú eres la única miel que me importa. El comentario hizo que Amatista bajara un poco la guardia, aunque no del todo. —¿Sabes qué? Si realmente quieres que te crea, date un baño. Y asegúrate de que ese perfume desaparezca. Enzo rió suavemente, besándole la frente. —Como tú digas, amor. Pero siéntate conmigo mientras lo hago. Quiero hablar contigo... lejos de esos olores molestos. Mientras Enzo se sumergía en la bañera de mármol, Amatista permaneció a su lado, sentada en el borde. Él continuó quejándose de las mujeres del club, describiendo sus gestos exagerados y las indirectas nada sutiles. Incluso se tomó la libertad de dramatizar una escena en la que una de ellas casi tropieza a propósito para que él la ayudara. —¡Te juro que fue como si lo hubiera ensayado! —exclamó, agitando las manos en el agua—. "¡Oh, Enzo, creo que me torcí el tobillo!" Y ahí estaba yo, intentando no rodar los ojos. Amatista lo escuchaba, entretenida por sus relatos y su capacidad para convertir cualquier situación en una comedia. Poco a poco, su resentimiento fue disipándose. —Definitivamente, tienes un don para atraer a las más insistentes —dijo finalmente, pasando sus dedos por el cabello mojado de Enzo. Él la miró, con una sonrisa perezosa en los labios. —Y tú tienes un don para ser la única mujer que realmente quiero tener cerca. Las palabras, dichas con sinceridad y un toque de cansancio, hicieron que Amatista se inclinara hacia él. Lo besó con suavidad, dejando que el momento hablara más que cualquier explicación o queja. Era su forma de decir que, aunque el perfume no fuera suyo, Enzo siempre lo sería. De vuelta en la mansión Torner, Jazmín continuaba con su elaborado teatro, aunque ahora enfrentaba un desafío mayor: mantener la credibilidad de su actuación sin repetirse. Miriam, que nunca cuestionaba a su hija, se convirtió en su mayor aliada, convencida de que Jazmín realmente necesitaba el apoyo de la familia para superar su "trauma". Daniel, en cambio, no estaba tan seguro. Aunque no decía nada, la sospecha crecía en su interior. Sin embargo, no podía arriesgarse a ignorar la posibilidad de que Jazmín estuviera realmente afectada, por lo que decidió darle un descanso a la búsqueda de Amatista. —Esto no significa que haya renunciado —le dijo a Marcos una noche, mientras discutían los próximos pasos—. Solo estamos pausando... por ahora. Marcos, siempre leal, asintió en silencio, aunque en su rostro se reflejaba la misma frustración que sentía Daniel. Ambos sabían que el tiempo perdido solo hacía más difícil encontrar a Amatista. Jazmín, desde su habitación, escuchaba fragmentos de estas conversaciones. Una sonrisa de satisfacción cruzaba su rostro cada vez que confirmaba que su plan estaba funcionando. No obstante, sabía que no podía bajar la guardia; cualquier error podría arruinar todo. Así, las semanas continuaron, con una tensión latente en cada rincón de ambas mansiones. Mientras Daniel luchaba por mantener el control de su hogar y su misión, Enzo y Amatista se refugiaban en la burbuja de su amor, ignorando las tormentas que se gestaban más allá de sus muros.
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Índice
Capítulo 1 Mi objeto más deseado Capítulo 2 La soledad de la ausencia Capítulo 3 Un refugio en medio del caos Capítulo 4 El regreso de enzo Capítulo 5 Un día para nosotros Capítulo 6 El secreto de la gatita Capítulo 7 Entre terrenos y promesas Capítulo 8 El cumpleaños de enzo: la sombra del secreto Capítulo 9 El peso de las sombras Capítulo 10 La traición bajo la sombra Capítulo 11 Bajo el manto de la tempestad Capítulo 12 El sol y las sombras Capítulo 13 Bajo las sábanas del silencio Capítulo 14 Entre sombras y suspiros Capítulo 15 Bajo el silencio de la mansión Capítulo 16 El peso de la culpa Capítulo 17 Promesas que rompen el alma Capítulo 18 El secreto bajo la piel del lobo Capítulo 19 Un amor que enciende la tarde Capítulo 20 El contrato de prometida Capítulo 21 Entre sombras y compromisos Capítulo 22 Un aniversario silencioso Capítulo 23 Verdades a la luz: una noche en el club privado Capítulo 24 El eco de las decisiones Capítulo 25 Sombras y promesas Capítulo 26 Entre el amor y el control Capítulo 27 Entre secretos y verdades Capítulo 28 Marcas de lealtad y rivalidad Capítulo 29 La herida silenciosa Capítulo 30 La lección de enzo Capítulo 31 "El día que conocieron a 'gatita'" Capítulo 32 La noche en la mansión bourth Capítulo 33 Un día en la mansión bourth Capítulo 34 Entre amenazas y confesiones Capítulo 35 Sombras bajo la mansión bourth Capítulo 36 Bajo el sol del campo de golf Capítulo 37 Encuentros y tentaciones Capítulo 38 Miradas y confesiones Capítulo 39 La tentación en el camino a casa Capítulo 40 La llegada de enzo al club Capítulo 41 En la terraza del club Capítulo 42 Certezas bajo el sol Capítulo 43 La elegancia de lo cotidiano Capítulo 44 Bajo el sol del campo Capítulo 45 Bajo la mirada del club Capítulo 46 La fiesta de francesco Capítulo 47 Recuerdos y bromas en la fiesta de francesco Capítulo 48 Una mañana para dos Capítulo 49 Bajo el sol de la tarde Capítulo 50 Una noche de contrastes Capítulo 51 La intensidad de la noche Capítulo 52 Un juego de estrategias Capítulo 53 Compromisos en la mesa Capítulo 54 Compromisos y límites Capítulo 55 Estrategias y planes Capítulo 56 Una mesa de tensiones veladas Capítulo 57 Una dosis de dulzura y confusión Capítulo 58 Ecos de ambición y confianza Capítulo 59 Un amanecer truncado Capítulo 60 El cautiverio de amatista Capítulo 61 El tiempo se detiene Capítulo 62 El código de amatista Capítulo 63 El juego de las sombras Capítulo 64 Entre el miedo y la estrategia Capítulo 65 Entre las sombras y la resistencia Capítulo 66 La negociación con franco calpi Capítulo 67 El rastro de amatista Capítulo 68 La tormenta en calma Capítulo 69 La espera y la comodidad Capítulo 70 Retorno al refugio Capítulo 71 Entre sombras y luz Capítulo 72 La gran inauguración Capítulo 73 Juegos peligrosos Capítulo 74 Una noche solo nuestra Capítulo 75 Una mañana juntos Capítulo 76 Un desafío en el campo Capítulo 77 Un encuentro en la terraza Capítulo 78 Compromisos y nuevos comienzos Capítulo 79 Una tarde en el jardín Capítulo 80 Destino costa azul Capítulo 81 Un encuentro inesperado Capítulo 82 Una mañana de aventuras Capítulo 83 La lluvia y la sorpresa Capítulo 84 La verdad en la oscuridad Capítulo 85 El silencio en la mañana Capítulo 86 Una resaca para recordar Capítulo 87 "Sombras que se acercan" Capítulo 88 Entre regalos y secretos Capítulo 89 La reunión que perdura Capítulo 90 El compromiso silencioso Capítulo 91 La ira de enzo Capítulo 92 La verdad oculta Capítulo 93 El precio de la verdad Capítulo 94 Nervios y distracciones Capítulo 95 Encuentros y confesiones Capítulo 96 "El fantasma del pasado" Capítulo 97 La verdad oculta Capítulo 98 El silencio de la obsesión Capítulo 99 Decisiones y vigilancias Capítulo 100 El encuentro con clara Capítulo 101 Sombras y promesas Capítulo 102 En un lugar para ella Capítulo 103 Un nuevo comienzo Capítulo 104 Sombras entre el pasado y el presente Capítulo 105 El valor del cambio Capítulo 106 Entre sueños y cadenas Capítulo 107 La herida del orgullo Capítulo 108 Un amor en ruinas Capítulo 109 Siempre será su gatita Capítulo 110 Jugando con el poder Capítulo 111 Un acuerdo frío Capítulo 112 Un nuevo comienzo Capítulo 113 Bajo la luz de lune Capítulo 114 Entre sombras y café Capítulo 115 Nuevas direcciones Capítulo 116 Un destello en la multitud Capítulo 117 Sombras en la fiesta Capítulo 118 Secretos y revelaciones Capítulo 119 Una nueva vida en camino Capítulo 120 Protección y frustración Capítulo 121 La verdad a medias Capítulo 122 El límite de la lealtad Capítulo 123 Un paso hacia el cambio Capítulo 124 Protección en la mansión bourth Capítulo 125 Fiebre en la madrugada Capítulo 126 Una tarde de reuniones en la mansión bourth Capítulo 127 Espacios y silencio Capítulo 128 Interrupciones y confesiones Capítulo 129 Desayuno de conflictos Capítulo 130 Cunas y secretos Capítulo 131 Diez minutos más Capítulo 132 Preparativos y sospechas Capítulo 133 Bajo la seda de la noche Capítulo 134 Sombras entre diseños Capítulo 135 Un juego de ventaja Capítulo 136 Refugio en la calma Capítulo 137 La ira de enzo Capítulo 138 Ecos de la desconfianza Capítulo 139 Ecos de la ausencia Capítulo 140 Sombras en el silencio Capítulo 141 Silencios y revelaciones Capítulo 142 La ira del lobo Capítulo 143 La sombra de la sumisión Capítulo 144 Secretos Capítulo 145 Movimientos silenciosos Capítulo 146 Voces en la oscuridad Capítulo 147 Revelaciones entre sombras Capítulo 148 Hilos de orgullo y desprecio Capítulo 149 Encuentro en el ascensor Capítulo 150 La grieta en la oscuridad Capítulo 151 La sombra de la amenaza Capítulo 152 Revelaciones Capítulo 153 Pasado Capítulo 154 Última jugada Capítulo 155 Bajo la sombra del peligro Capítulo 156 Una huida desesperada Capítulo 157 Ecos del pasado Capítulo 158 La calma Capítulo 159 Refugio en la tormenta Capítulo 160 El adiós temporal Capítulo 161 Bajo presión Capítulo 162 Sabores de seducción Capítulo 163 Ecos de la pasión Capítulo 164 La almohada favorita Capítulo 165 Bajo las risas, la tensión Capítulo 166 Un reloj en el tiempo Capítulo 167 El juego de las sombras Capítulo 168 Interrogatorio a amatista Capítulo 169 La doble jugada Capítulo 170 Cazador y presa Capítulo 171 La espera inmóvil Capítulo 172 A un lado Capítulo 173 El peso de la venganza Capítulo 174 Frágil como el cristal Capítulo 175 La jaula dorada Capítulo 176 Un rastro de fuerza Capítulo 177 Entre la indiferencia y el deseo Capítulo 178 Jaque al rey Capítulo 179 Resaca y suplicio Capítulo 180 Despertar entre sus brazos Capítulo 181 Verdades y juegos Capítulo 182 Almuerzo entre risas y miradas Capítulo 183 Caza en marcha Capítulo 184 Entre poderes y sonrisas Capítulo 185 Conversaciones y juegos de poder Capítulo 186 La noche de reposo Capítulo 187 El inicio de la cacería Capítulo 188 Trampa en el camino Capítulo 189 La caída de un traidor Capítulo 190 Sorpresas en la mañana Capítulo 191 Advertencias al amanecer Capítulo 192 Celebrando a su manera Capítulo 193 Madrugada entre secretos y besos Capítulo 194 De vuelta a casa Capítulo 195 La celebración comienza Capítulo 196 Recuerdos en un girasol Capítulo 197 Aniversario inagotable Capítulo 198 Recuerdos del pasado Capítulo 199 Una noche de coincidencias Capítulo 200 Deseo incontrolable Capítulo 201 Al volante del deseo Capítulo 202 Interrupciones inesperadas Capítulo 203 Provocaciones peligrosas Capítulo 204 El contrataque de amatista Capítulo 205 Sin espacio para el pasado Capítulo 206 El precio de la provocación Capítulo 207 Un despertar en familia Capítulo 208 La única señora bourth Capítulo 209 El amanecer de un nuevo día Capítulo 210 Persistencia y tentación Capítulo 211 En sus brazos, siempre Capítulo 212 Juegos peligrosos en la oficina appCapítulo 213 Promesas selladas en la oficina appCapítulo 214 Dos meses de distancia appCapítulo 215 El mejor regalo app
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