—Tuvo suerte, creo que lo harás mejor mañana. —En ese momento, de repente se acordó del asesino que Ariadna había traído consigo—. ¿Qué hay del asesino? ¿Cómo lo castigaron padre y Cori? —preguntó fingiendo estar despreocupado tras apretar los puños.
Yeimi estaba encantada porque asumió que Donato quería conversar con ella, ya que llevaba casados mucho tiempo, pero era ella quien siempre iniciaba la conversación y él, por lo general, le respondía sin entusiasmo.
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