A Arón se le ensombreció la mirada mientras miraba por la ventana cuando Ariadna se marchó. «Tiene razón. Debo vengar la muerte de mi padre». Aunque le dio a Diego el brebaje de hierbas, la mente maestra fue Nancy así que tenía que esperar con paciencia y pensar en cómo conseguir pruebas para dejarla al descubierto y enviarla a prisión.
Almendra tenía los ojos llenos de lágrimas mientras sujetaba su manta sobre la cama. Desde que se difundió en Internet la noticia de que Arón estaba en prisión, no tenía ganas de estudiar y estaba preocupada porque él no atendía sus llamadas ni respondía sus mensajes. Le pidió un mes de descanso a los profesores para averiguar el paradero de Arón. Fue a distintos lugares sin saber qué hacer, pero no lograba obtener noticias de él.
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