Había subestimado por completo a Arón. Puesto que el joven no la había confrontado desde que salió a la luz la noticia que había asesinado a su padre; Nancy había asumido que él había aceptado la realidad y había prometido serle leal, por consiguiente, no esperaba que la estuviera esperando allí. Él incluso había logrado que los políticos estuvieran de su lado. «¿Cuándo se volvió tan cercano a ellos? ¿Cómo es posible que no me diera cuenta?». Sintió que se le caía el mundo encima mientras pensaba: «¿Acaso ayudé a un maldito ingrato?».
Arón negó con la cabeza en respuesta a la pregunta de la reina madre. Cuando Nancy lo vio, pensó que el joven no buscaba poder y se sintió algo culpable por las suposiciones descabelladas de antes. Sonrió y estuvo a punto de decir algo cuando Arón habló primero:
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