«Mientras negociaba con el general el otro día, mencioné otro acuerdo, de que me lleve de vuelta después de que se recupere y su esposa conciba. Por desgracia, me dijo que no en ese mismo momento. Me dijo que podía dejar que me quedara y que no me faltaría nada, pero que no podía dejar que me fuera. Tal vez pueda intentar hablar con la madre de Elena; sin embargo, tendré que pensar bien cómo tener la oportunidad de hacerlo».
—Después de que cure a tu padre y tu madre te dé un hermanito, ya no llorará más —respondió sonriendo luego de tocarle el cabello rizado.
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